Septiembre: vuelta a la normalidad

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En dos días arranca el curso escolar, lo que significa que los horarios, la rutina y la ¨normalidad¨ volverán a instalarse en nuestras vidas.
Particularmente, siempre me ha gustado más ¨esos¨ momentos del año que el libre alvedrío que muchos viven durante los meses de vacaciones pero, este año concretamente, más que nunca, estaba deseando que llegará septiembre, con la llegada de este mes, el curso escolar, el otoño y de seguido el invierno.
Con el embarazo, sinceramente, necesito tener un orden en mis días, no sé exactamente porque mi cuerpo y mi mente me lo piden a gritos pero es así. Sin embargo, no es la única razón por la que este verano se me ha hecho excesivamente largo.
Como él tenía que trabajar y yo me quedaba en la ciudad esperando a que acabara su jornada laboral, mucho desquite no hemos tenido, ninguno de los dos. Aunque no me ha resultado un problema estar en Barcelona durante el mes de agosto y disponer de pocas horas, pocos días para disfrutar del sol, la playa, la arena y el no hacer nada. He disfrutado de él, de estar solos en casa por las tardes, por las noches, poder conocernos más, de poder intimar cuando queríamos (aunque el embarazo en este punto a jodido un poquito), no tener nada más en la mente más que nosotros y el trabajo, como una pareja que recién comienza su andadura conjuntamente, cosa que, en realidad, llegados a septiembre, hoy, no nos será posible ya que somos dos más 1 y dos perros y la chica de servicio y, vamos, vida de a dos imposible.
Pero con todo, estaba deseando que llegará la ¨normalidad¨ a nuestras vidas.
Me apetece saber que nos despertaremos cada día para cumplir con nuestras obligaciones, que tendremos que seguir ¨educando¨ a Marcos y que, ahora, no estaré sola, que los fines de semana serán en familia, que las noches las pasaré acompañada, que mis problemas no tendrán que ser tan sólo míos y que podré contar con su apoyo y presencia a cada  paso que dé.
Me gusta la idea de vivir unas nuevas navidades, de preparar fines de semana, puentes!, de quedarme en casa con mis chicos cuando el tiempo no anime a nada más y todo, esperando el momento de la llegada del nuevo miembro de nuestra familia que, espero, nos una aún más.

Así que arrancamos un nuevo curso, miramos hacia el fin del 2010 y la llegada del nuevo año con nuevos y mejores ánimos, entrando, si todo va como espero, entrando en el 2011 impacientes por compartir nuestros días con el retoño.

Sí, tenía ganas de que llegara septiembre y con él la rutina que necesito y deseo disfrutar en su compañía....y septiembre ha llegado.

Bienvenidos a un nuevo curso, nueva temporada, de ¨NSLM¨ (Nos Sobran Los Motivos).


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