Parece mentira como un deporte es capaz de unirnos a todos bajo una misma bandera, hacernos soñar, disfrutar, padecer, desear y gritar orgullosos que somos españoles.
Ayer, domingo día 11 de Julo de 2010, España entera se despertó expectante y deseosa de que llegaran las 20:30, hora en la que se jugaba la final del Mundial de Sudáfrica; final que por primera vez en la historia, jugaría la selección española y, ayer más que nunca, el jugador número 12, fuimos todos.
A partir de las 17 se comenzaron a unir en los puntos claves de cada ciudad y en las casas las televisiones reunían a grupos y grupos de amigos y familias para presenciar todos juntos, la victoria de España.
Fueron 120 minutos de histeria colectiva, sobre todo, debido al juego feo y nada deportivo de los naranjitos que, viéndose anulados por la selección, no les quedó otra que tratar de frenarles a base de patadas y faltas, una tras otra y, en el equipo de Holanda, el jugador número 12 fue el árbitro, el mismo que pitó nuestro primer partido del mundial contra Suiza y que ya nos ayudó a perder entonces, pretendió que perdiéramos ayer pero ni él, ni los otros 11 jugadores lograron pararnos.
Fueron muchos nervios, ver que llegábamos y llegábamos a la portería del rival pero que no marcábamos; para la prórroga, en la segunda parte, a dos minutos de los penáltis, Iniesta hizo realidad lo que era nuestro y merecido desde el primer minuto de partido: el gol que nos daba la victoria.
Así que nos volvimos locos.
Gritos, abrazos, felicidad a doquier, fotos a la tele!, fotos enseñando los colores de España ya fuera en la ropa interior, en los pobres animales de casa que les disfrazamos, pitidos de los coches todos dirigiéndose a los lugares neurálgicos de cada ciudad.
En Barcelona, donde yo lo he vivido, para nada se ha sentido el espíritu catalán que muchos medios pretender hacernos creer a los españoles; ayer, Barcelona entera se vistió de rojo y cantó y bebió y se unió a la fiesta como el más español de los españoles.
Fue una locura, una hermosa locura.
El pelo se te erizaba viendo como los jugadores lloraban, tocaban la copa, la levantaban dedicándonosla a todos los españoles que hemos estado apoyándoles, animándoles, siendo el jugador número 12.
Hoy seguía la resaca de la final, seguíamos todos sientiendo los colores más que nunca.
Han llegado a Barajas al medio día y en breve comenzarán a pasear la copa por las calles de la capital...jode porque España no es sólo Madrid, pero bue, nos tendremos que conformar con seguirles por televisión.
Pero ayer y hoy hemos sido una nación, hemos gritado a una que somos españoles y da gusto, realmente, es hermoso sentirse tan unidos sin tener en cuenta si yo soy catalana y tu gallego; la lástima es que cada día no hay mundiales, ni cada día ganamos finales.
Yo soy española, ayer, hoy y mañana, con orgullo reforzado y una estrellita en mi pecho.
3 motivos para comentar:
Felicitaciones!!!
Qué lindo poder disfrutar un primer puesto en el Mundial!!
Acá pasa lo mismo, por un mundial, somos todos argentinos y nos llenamos de banderas y por una fecha patria, ya no tanto!
Pero bueno, sirve de escuela!
Ojalá todos puedan disfrutar de esta algría, que bien les hacía falta a los españoles y que tanto se merecían en este mundial!
Besooos
es un placer leerte besos carlos
Stella: y sí, fue grande y lo vivimos como se merecía, por todo lo alto. Más que necesitarlo era un premio a un trabajo más que bien hecho y, de paso, nos alegro un poco a todos que nos ha venido más que bien. Bs
Carlos: gracias por estar siempre ahí!, bs
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