Anécdotas de la Gran Manzana

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Una vez instalada en mi casita, donde me he pasado el día no sabiendo exactamete que he hecho pero sí que he estado pensando durante todas las horas, ha llegado el momento de desterrar los secretos de mi viaje a Nueva York, viaje repleto de conferencias, encuentros, sorpresas, compras, fiestas, enfados, desafios...un mix que no puede dejar indiferente a nadie.
EL día 31 salíamos a primera hora de la mañana, en el aeropuerto de Barcelona, en la terminal 1, la nueva, ya anduvimos con pequeños percances: nos equivocamos de cola para embarcar, no error sólo y exclusivamente nuestro y nosotras, no, resulta que la compañía aérea tenía dos paneles por donde supuestamente podías embarcar, lo que no indicaban era que los pasajeros de vuelos con destino a EEUU, debíamos ir a una venanilla escondida, algo recóndida, de la que sólo eras consciente una vea te habías comido la larga primera cola y, ante todo, habías perdido tiempo al pedo
En la ventanilla correcta, estaba todo bien hasta que nos dicen que es una maleta por persona, de 23 kg y que el neceser si queremos embarcarlo son 50 euros de más, a tocateja en ese instante: un neceser la puta!!!, le dije q no queria, que lo llevaria conmigo, pero eso es imposible porque no puedes pasar con liquidos, cortauñas y demás por el detector de metales; conclusión, pagamos. Preguntamos lsa nuevas reglas no puestas al total conociemiento del pasaje y nos comentan que desde el mes de julio de 2009 todas las compañías sólo permiten embarcar una maleta. Bultos de más, 50 euos, dólares en EEUU.
El viaje re bien, yo estirada en cuatro asientos dormí todo el viaje, mi madre me despertaba cuando traían la comida, comía y me volvía a estirar y a quedarme frita. En una de esas en las que me despeje me acerque a los baños, no recuerdo si para mear, para buscar agua....el hecho es que conocí a alguien.
Ese alguien con quien volvi a coincidir una vez en tierra mientras yo fumaba esperando que vinieran a recogerme los del hotel y el estaba por pillar un taxi. Hablamos tampoco recuerdo bien de que, su trabajo que haciamos cada uno en Nueva York en esos momentos...poco mas, me dio su tarjeta y una vez en la furgo que me trasladaba a mi hotel le escribi un sms con mis datos, con todos: googletalk, skype, mssg...me falto la direccion psotal, a saber q coño se me cruzo por la cabeza.

Los dias transcurrieron tranquilos. Los taxis a los que ya les he dedicado un post particular daban por saco, pero al margen, compras, conferencias, conocer gente...iba sobre ruedas.
El lunes cenamos con Matteo en un koreano y con el vinillo blanco, a penas una botella entre tres, me psue feliz y hablando de ir a cenar un dia al Balthazar se me ocurrio invitarle, al señor de los baños, el mensaje se me fue un poco de madre pero, me salia todo tan natural para con el que me parecio lo mas logico.
Aceptó venir a cenar con nosotros.

La noche de la cena, podríamos titularla: ¨Entre dos piernas¨; yo me sentaba entre M y G y, en un principio las aproximacines del último eran tan inocentes que pensé que sólo eran llamadas de atención sin mayor significado.
Por el otro lado, el otro iba llamando mi atención con bromas nuestras y golpes en mi pierna izquierda, golpes dados con su pierna y pellizcos con su mano. No sabía donde meterme, así que me salí fuera a fumar un cigarro y conseguir algo de espacio...
Pero esta historia de a tres....es otro post.
La noche siguió y nos fuimos a un bar llamado Provocateur, muy elitista, muy exclusivo y muy guapo.
Ahí bebímos y bebímos hasta que nos dieron las 4 pasadas. Luego el anfitrión quiso recoger la noche y como otros estábamos por otras cuestiones, nos pareció perfecto. Fin del jueves noche...by the moment...

Quedaban a penas dos días por delante; el sábado tenía el event Camp, se suponía que debía ser el más glorioso de los días y, lo fue, pero no de la manera en que supeustamente debía ser.
Domingo, lo destacable de ese día comenzó a primera hora: hacíamos maletas; bien lo de las maletas comenzó dos días antes pero es mejor ir al tajo. Llegamos con dos maletas, una por cabeza más un bulto cada una...a la hora de la salida llevábamos, déjame pensar....9 maletas!!!! lo sé, lo sé, sobran palabras.
Bien, además del problema de a saber como embarcábamos las dichosas bolsitas sin pagar demasiado, haber como hacíamos para que mi padre no nos recogiera en el aeropuerto porque podía estallar la tercera guerra mundial.
Mi madre y yo discutíamos cada segundo, ella se ponía de los nervios solita y yo trataba de calmarla pero era un esfuerzo inútil por completo.
El pagar el hotel fue otro show, no estábamos de acuerdo con la cuenta porque nos cobraban un montón de cosas que habíamos pagado en cash cada vez que lo solicitábamos (room service, desayuno, aguas o fruta por la noche...), después de gritarnos un poco con los de recepción, es decir, gritarme con los de recepción ya que mi madre no sabe inglés, aunque no creas que por eso se quedaba callada, yo tenía las dos orejas ocupadas, una con los del hotel y otra con mi madre.
Se zanjó el tema, descontándonos aquello que no debía estar en la cuenta: 50 dólares, de risa...

Llegó el peor momento de la salida y del viaje en general.
Debíamos embarcar maletas...primero el ¨negrito¨ de las maletas típico del aeropuerto nos las recoge y nos pide nada menos que 500 dólares por 6 maletas...los gritos que sucedieron a esa petición ya podéis imaginároslos...aún así quedaban 4 bultos, más los ordenadores portátiles y los bolsos.
Bien, después de discutir, despotricar, insultar al cielo...pagamos, no podíamos hacer otra cosa.
Ahoa debíamos pasar el detector de metales.
La señorita oriental que precedía el puesto de decidir quien podía o no acercarse a los detectores nos vio dirigiéndonos hacia ella, se levantó, se acercó sin dejarnos dar un paso más y nos dijo que nos dieramos media vuelta y embarcaramos mínimo dos bolsas más; tercera discuión, que ni de coña pagábamos un dólar más, que se las ingeniara. Llamó a alguien que hablara español y le dije que la entendíamos a la perfección que no era ese el problema. Pedí por la supervisora, supervisora que estaba dándose cuenta de toda la historia pues estaba a un metro nuestro dándo con un cartelito de meirda, la bienvenida a los pasajeros que iban llegando, con otra compi. Pues sus ¨compis¨ me hicieron buscar al ¨supervisor¨ como unos 10 minutos para devolverme a esa piltrafilla que pretendía zafarse del tema, tanto es así que llegué a su altura cuando la escuche decirle a un tipo: ´estas llevan demasiadas maletas, que embarquen¨; y salía corriendo la muy cobarde!!!! No se lo permití, fui tras ella, le di en el hombro y le pregunté como siendo la supervisora había consentido toda aquella película de buscar el tesoro perdido, cuando había estado en la acción o cerca de ella desde el segundo cero...su respuesta, que no sabía que buscáramos a la supervisora; obvio, le dije, ¨por eso te has querido librar de un cordial saludo diciéndole a tu inferior que me redirigiera a la ventanilla de embarque otra vez, porque desconocías la historia, merezco que me escuches como mínimo y hagas uso de tu puesto como es debido¨; yo ya no podía más estaba que ardía.
Me escuchó y me dió permiso para pasar con tooooodoooos los paquetes. Paquetes que arrastramos durante 3 horas por todo el aeropuerto hasta que llegará la hora de subir al avión para volver a Barcelona.
Hora de ir a sentarnos y desconectar 7 horitas de viaje, nos ven avanzar hacia el túnel que nos transportaría al interior de la máquina y una vez a la altura de las azafatas nos ordenan que dejemos todos los paquetes, que nuestro bolso es demasiado grande, sí, sí, el bolso, y que lo consideran una bolsa de mano más el ordenador, que el resto se lo llevan al maletero; quería matarles!!!! y así se lo dije, como podían hacernos pagar sobre peso o sobre equipaje para luego llevarse lo que consideraran oportuno sina fectar al bolsillo, que como podían habernos dejado cargar como burras para luego decidir no dejarnos subirlo al avión, que como podían haber cambiado las leyes internas de su empresa en cuanto a equipaje de pasaje sin previo aviso, sin notificación y ecplicación a todos y cada uno de sus pasajeros (en el mostrador de embarque no hubo nadie que pagará de más, ni nadie que tuviera que vaciar alguna maleta porque pesaba demasiado, era todo un cuadro ver cuantro ventanillas atendiendo a gente y ni una de ellas se libraba de una pequeña escena); mi madre que no habla inglés pero se altera más que nadie, iba hablando más de la cuenta en castellano.
Cuando descendíamos hacia la puerta del aparato se me acerca un policía, bua, un seguridad de la compañía de vuelos Delta y me dice qu no me deja subir al avión hasta que no me disculpe por faltar al respeto a sus compañeras....UUUUUUYYYYY lo que me dijo, ni de coña, esa fue mi respuesta. Acto seguido le pregunté si sabía castellano, a lo que respondió que no, entonces como carajo sabía lo que habíamos dicho nosotras?; que aprendiera le ofrecí antes de acusar, que sí había maldecido a alguien, cosa que no era el caso, lo habría hecho a la compañía, no a su mísera compañera que, aunque con poca educación, solo cumple órdenes...No me dejaban subir, un azafato de habla hispana se me acercó y me dijo que mejor me callara...no lo hice y me metí en el avión a mis anchas. Se me acercó un seguridad de puesto superior y con muy mala onda me preguntó si sería capaz de estar 7 horas sin armar lío; me tiré hacia él....en mis pensamientos, en la realidad, le pregunté si veía algún chiquillo conmigo, que no se me dirigiera de esa manera, que quería saber el nombre de todos los implicados para hacer una reclamación a mi llegada por humillación delante del resto de los pasajeros, por aprovechamientos de puesto de trabajo, por amenazas....la estaba liando parda, muy parda.
Se me volvió a acercar el hispanoparlante para calmarme, yo estaba calmada, sólo que no me gusta que nadie me hablé por encima y más sin razón ninguna....nos separaron a los seguridad y a mi, me senté, me tomé un par de pastillas y me dormí, maso, pero desconecté el resto del viaje.

Llegada a las 8, objetivo: encontrar a Marc que venia a por un carro antes de que llegara mi padre que creía llegábamos a las 9.
La terminal 1, una mierda incríble en cuanto a organización y detalle de donde te encutras y donde quieres ir nos complicó el encuentro. Conseguimos encontrarnos a menos 20...casi no quedaba tiempo...pero sí quedó porque mi padre tampoco supo donde localizarnos y mi madre y yo tuvimos que caminar por tooodo el aparcamiento hasta dar con él y mi hijo, pues mi padre ya es bastante malo para la ubicación y en esa nueva terminal, para él era descifrar un geroglífico, era mejor que caminaramos en busca de la zona naranja -1 del parking.

Llegar a casa.
Encontrarme facturas sin pagar, la nevera vacía....bienvenida a tu hogar...que no se diga.

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