Adiós a la Navidad...finally

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He vuelto a Barcelona.
Con la alarma generada por la ola de frío que entra en España y, concretamente, en Cataluña y norte de la península, no me ha quedado más remedio ya que esta mañana, cuando me levanté dispuesta a despertar a mi hijo para ir a esquiar vi que la cosa no estaba nada clara: demasiada niebla y pinta de nevar.

Dejé dormir un poco más al mocoso hasta ver si podía verlo algo más claro pasados unos minutos. Y se aclaró; la idea absoluta de que debíamos recoger y salir pitando porque se arranco a nevar y en menos de 30 minutos todo estaba de color blanco.

Recogimos a toda prisa. Cargamos el coche. Hice el idiota tomando algunas instantáneas antes colocarme en el asiento del conductor. Y salí hacia Barcelona.

Nevó hasta la altura de Manresa donde la nieve perdía fuerza y fue convirtiéndose en lluvia; ya en Bcn no ha dejado de llover hasta ahora, que siguen las calles mojadas. En la tele dicen que esto va a peor, que mañana y pasado se esperan nevadas casi en Toda España; estamos en alerta naranja, amarilla, roja...que sé yo cuantos colores, quizás formemos el arco iris entre todas las comunidades.

Estos días me lo pasé bien; la verdad que mi acerecamiento con la familia Abraham me gusta y me siento realmente a gusto con todos y cuando estamos ambas familias al completo (o casi, pero mi hermano viene en contadas ocasiones y el hijo mayor de ellos nunca por diferencias irreconciliables), me encanta ver lo cómoda que estoy. La verdad que aprece tan idílico y perfecto. Sólo falta que Ivan y yo, sumemos a ese grupito peculiar nuestras respectias parejas.
Yo por no haber presenado ninguna en estos últimos 3 años (hablando puramente del tiempo en el que nos hemos hecho una piña tan tan), que se dice pronto; e Ivan por presentar a demasiadas siendo todas y cada una de ellas un ligue momentaneo.
Es fácil imaginar que más de una vez ha salido el tema de unirnos a Iván y a mi; el tiene 38, soltero, paternidad recién estrenada con una tipa con la que no hay nada, ni habrá mayor que él y con 3 niñas de su anterior relación, deportista, trabajador, pijito, un buenazo, eso sí, de bueno a veces tonto, pero un niñato con miedo al compromiso; entre él y yo hay una buenísima relación, nos reímos, me lo cuenta todo y hemos llegado a tenernos muchísimo aprecio, pero nada más.

Alguna vez lo hemos hablado entre nosotros y ambos sabemos que de salir mal se podría fastidiar una relación ideal entre demasiadas personas y no solo a nivel personal, somos socios en varios negocios. Pero, ¿el hecho de haberlo hablado significa que nos lo hemos planteado?; y bueno, yo lo he llegado a pensar pero no he profundizado en el tema aunque, debo decir, si su palabra es para fiarme al cien por cien que, al parecer, él si se lo planteó y ese planteamiento llegó más allá porque su padre le dijó: ¨si la cagas, te mato¨y es lo que le tira atrás a la hora de no lanzarse; la vez que me lo dijo y me comentó que le atraía desde casi el principio, me buscó, me buscó duraante la noche y sobre todo después de despedirnos que me pedía que me fuera con él....no fui. No volvimos a hablar y hoy, seguimos siendo amigos, sin más. Nunca pasó nada ni para bien ni para mal, lo bueno de él es que no tiene maldad y yo tampoco, en el fondo somos dos jilipoyas que nos apreciamos y ninguno va a cebarse en lo sucedido para bien o para mal.

Resumiendo las vacaciones navideñas he de levantar una lanza a favor de las mismas. Este año me lo he pasado bien.
He disfrutado a diario y no he desfallecido.
No he quedado recluida por mis recuerdos y ahora estoy con grandes expectativas de lo que este 2010 me brindará.

He disfrutado de mi hijo, de mis padres y mi sobrino, de mi hermano y su novia lo justo y neesario, de mis amigos, de a familia A., de mis perros. Días de comilonas, dias para mi, días para los colegas y reuniones varias. Ha estado buena esta navidad. He podido verla y disfrutara desde otro ángulo y no ha estado nada mal.
No voy a convertirme en una fanática de las navidades pero puede que de ahora en más no sean unas fechas destinadas a deprimirme, odiar todo lo que representen y sentir que son momentos para hundirme en mi mierda. Ya no.

Ahora tolero y hasta me divierto con la navidad, aún así, gracias a Dios que se acabaron.


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