La realidad siempre supera la ficción

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Me faltan las palabras o me resultan insuficientes para explicar lo que estoy viviendo. Pensarlo me supone un dilema puesto que es tremendamente surrealista; si alguien viniera y me contará nada similar seguramente no me lo creería o, en su defecto, pensaría que esta como una cabra.
Me canso a mi misma al escucharme internamente, una y otra vez, recordar todo lo que siento por él, todo lo que me hace sentir. Me preocupa cansarle de tanto que se lo repito y no logro ya, por mucho que quiera, encontrar maneras nuevas de decírselo, de hacérselo entender.

Tras Nueva York, Ibiza.

Él me esperaba en la puerta de llegadas del aeropuerto de la Isla y, así como un viaje con familia y amigos a la Gran Manzana se convirtió en los días más largos que pudiera recordar, estos 5 días a su lado han pasado tan rápido que cualquiera diría que se han sucedido.
La perfección no existe, eso nos dicen. Yo, acabo de vivir 5 días perfectos.
Desde el mismo momento que volví a sentir sus labios sobre los míos hasta hoy que se volvieron a posar, por última vez.
Jamás recuerdo haberme sentido tan cómoda en cualquier situación con otra persona, con una pareja; nunca fue tan fácil ser yo misma.

No creo que sea consciente de lo que provoca en mi por mucho que trate de decírselo de mil maneras posibles, con palabras, con miradas, con besos, con caricias...nada es suficiente, nada puede transmitirle lo que gracias a él, soy capaz de tener dentro de mí en estos momentos de mi vida.

Como decía, soy totalmente consciente de que puede parecer una historia de mentira o, lo más probable, un estado de enamoramiento pasajero, como tantos otros encaprichamientos, historias puntuales que pasan al recuerdo por su pasión desmedida en un corto plazo de tiempo sin embargo, nada de lo que normalmente suele verse venir en esas otras historias, se esta dando en la nuestra.
Él no tenía intención de conocer a alguien de quien poder enamorarse, ya se ha separado (divorciado?) de su primera esposa con la que ha tenido 6 años de recuerdos, al diablo si buenos o malos, pero muchos días, semanas y meses compartidas, eso sí. No hace tanto tiempo que recuperó su soltería, soltería que aprovechaba y no le preocupaba en absoluto, es más, pensaba seguir disfrutando, como cualquier tipo de 27 años que acabase de salir de una relación larga y duradera.
Yo, supongo que siempre he estado buscando o, más bien, esperando que llegara alguien, algo, pero, en esta ocasión no venía podrida por nada, ansiosa por todo, necesitada de algo concreto, cansada de tantas y tantas caídas y medio recuperaciones. Desde noviembre que finalicé una película de miedo no sentía la necesidad de venganza, de olvido, de cariño, de amor, de rencor, no sentía nada más allá de estar expectante por ver lo que me deparaba la vida y en mente tenía como único objetivo la ciudad de los sueños, así que tampoco, podríamos decir, estaba tan perceptiva a que sucediera nada que pudiera romper mis esquemas.
Pero suele suceder.
Cuando menos te lo esperas, de la manera que menos te esperas, con la persona que menos te imaginas, en el momento menos esperado.
Y las cosas del destino hicieron que nuestros caminos se cruzaran de la manera más impersonal que existe. De ahí a quedar y hasta hoy, ya he contado como ha pasado y sí, seguimos por mucho, espero.

Y cada día que pasa más segura estoy de que él era lo que la vida me tenía preparado, la recompensa a todo mi sufrimiento, la respuesta a todas mis preguntas, mis sueños, deseos y esperanzas transformados en él: Rober.

*Apunte: cuidadín cuidadín, se repite el nombre pero no es la misma persona, a dios gracias!, lo sé, también lo he pensado, el destino igual que quiso  recompensarme también quiso cachondearse y mira por donde...me he reído con él.

Cuando veía películas de amor, esas de las que las mujeres nos quedamos prendadas y envidiando a la protagonista por poder vivir una historia como la que nos muestran, siempre terminas preguntándote porque esas cosas nunca te suceden a ti y, al menos yo, había perdido toda esperanza de vivirla ya que, ante todo, se me antoja haber amado mucho, muchísimo; me jacto de haber vivido historias de película y no me arrepiento de ninguna de ellas y, sin ser películas de final feliz, eran mis películas de cine.
Me alegra poder decir que me equivoqué.
Y estoy segura de que esta última historia es la de verdad y definitiva...con final feliz.

Me siento respetada, querida, valorada, en constante sintonía, de la mano con alguien que mira hacia el futuro conmigo, con miedo, pero con el suficiente sentimiento como para arriesgar con todas, por esto que estamos viviendo.
Hay tanta complicidad entre nosotros, que realmente parece surrealista.

Hoy, una noche a solas, un día después, como era normal, surgieron miedos, dudas y preguntas que sólo el tiempo nos puede responder.
El estar separados es lo que tiene, nos quedamos a merced de nuestros pensamientos, comentamos con nuestro entorno y escuchamos opiniones de gente que, nos quieren sí, pero no pueden saber, ni en lo más mínimo, lo que sentimos nosotros el uno por el otro. Y eso provoca que sus consejos y opiniones pueden no ser las más aconsejables.

Yo le quiero con locura aunque sea de locos ni tan siquiera sentirlo.
Me resulta casi imposible hacer nada que no sea estar pendiente del teléfono para ver si me ha enviado un mail, un sms o me ha llamado y no he atendido. Me paso las horas pensándole.
Necesito decirle y repetirle que le quiero a mi lado a cada minuto por miedo a que se olvide, por miedo a que no lo haga.
Mi único objetivo es lograr que vivamos juntos antes que después, para poder vivir nuestra historia, única, sin perder ni un segundo.
Mi consuelo es que a él le sucede lo mismo; esta pendiente de mi a cada movimiento de las agujas del reloj y se siente tan dependiente como yo. Anhela compartir su vida conmigo tanto como yo anhelo compartirla con él. No cesa de repetirme que me ama locamente y que soy su futuro, como él es el mío.

Deberían hacer una nueva película de amor que contara nuestra historia...supera todas las que ví hasta el momento. Es pura, es sincera, es idílica, es de verdad. Y es nuestra.

Creo que nunca más volveré a estar sola.

Esto es de Verdad (Camila)

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