VACIO

|
Sola en un hotel, enuna ciudad que no es la mía, dos días para pensar, dos días para recordar, dos días para maldecir todo tu pasado y el momento actual.

Lo tengo superado, eso digo, eso les digo, eso me digo...

La última vez que visité Madrid nos reencontramos, hace exactamente un mes de aquello.
Había pasado 7 meses desde nuestro encuentro más cercano, un encuentro frío que vino cinco meses después, de pronunciar él y escuchar yo: NOS SOBRAN LOS MOTIVOS.

Ahora restan cinco días para que se cumpla el año. Y hoy, hace un mes, nos reencontramos.

Quedasmos por la tarde por la puerta del Sol, yo no me sentía nerviosa los días anteriores pero, cuando ya debía descontar los minutos para verle otra vez, fue inuaguantable, insufrible, los nervios me estaban devorando, no creí que pudiera soportarlo.
Llovía, un amigo me hacía compañía con otra chica, decidimos esperar en un bar, pedí cerveza, consciente de lo que hacía, necesitaba calmar mi ansiedad.
Llamó que se encontraba cerca y que estaba por llegar....lo ví entrar. Ahí estaba.
Jeans, camiseta de colores blanco y verde vivo, una chaqueta verde a juego con cuello de borrego, bamabas puma, como siempre...media todo su imagen. Le faltaba moreno, desde su llegada a España el mal timepo había sido el protagonista. Se le veía también más corpulento, no precisamente de ejercicio.

Nos saludamos efusivamente, los dos, nos besamos, en las mejillas, nos abrazamos, timidamente.
Despedí a mis pacientes acompañantes y salimos, charlando amigablemente, en busca de un bar que pasaría a ser testigo y protagonista de nuestra historia interminable.
Las horas pasaron como segundos, una cerveza tras otra amenizaban nuestra conversación. Su vida, su momento actual, su pareja, ex pareja, esos meses separados, mis días, mis amores, o no, esos meses separados. Dudas de antes, dudas de ahora, preguntas que fueron sin seguir pronunciandose, preguntas que nunca se respondieron, ni se responderán. Risas, sinceras, en apariencia, roces buscados. Llegó el momento de separarnos. Con la intención de vernos, de nuevo, en sólo una s horas. Y nuestras bocas se unieron. las lenguas se reconocieron al isntante, siendo el saludo entre ellas de lo más íntimo y sentido...esperado, deseado. Otra despedida, corta por primera vez en meses.

Las pocas horas que nos separamos se hicieron eternas para los dos, las llamadas fueron continuas. Y decidimos no posponer más lo que ambos tratábamos de ocultar. Le recogí, nos besamos, de nuevo. Paramos en un hotel, la recepción se nos hacía inmensa, el ascensor un paseo demasiado largo, la puerta se abrió y cerró en un sólo movimiento. Nos desnudamos, nos tocamos, nos abrazamos, nos acariciamos el uno al otro todo nuestro cuerpo desnudo, cada parte dí se reencontraba con todos los rincones de él. Mis labios dieron la bienvenida uno por uno: manos, brazos, dorso, hombros, boca, espalda, piernas, pies, boca, boca, boca, lengua, pene, boca...luego fueron sus labios quienes envidiosos, quisieron recibir igualmente a todas las partes de mi cuerpo..y así lo hicieron. Hicimos el amor, con fuerza, con enfásis, con pasión, desespero, sed de ayer.
Nos dormimos, abrazados, hablando, riendo, pero sin dejar de abrazarnos. Nos despertamos en la misma posición, mi espalda pegada a su pecho, sus brazos reodeándome y los míos, presionandolos más fuerte hacia mí. Nos levantamos, nos vestimos, salimos de la habitación, del hotel....localizamos un taxi tras un rato de intentos; nos besamos, sin abrazos, cio, cio.
Le ví alejarse, me alejé. Hasta hoy.

Regreso a Madrid, a pesar de haber sido una única noche....ya no es lo mismo sin él.

0 motivos para comentar:

Publicar un comentario

Tú opinión es importante para mi, gracias por darme parte de tu tiempo.