Significado de pareja:
- cónyuge, hombre o mujer que forma parte de un matrimonio, una unión civil, de amor libre o de hecho, o un matrimonio entre personas del mismo sexo, considerada en relación con la otra;
- novio o novia, persona con quien se mantiene una relación romántica, amorosa o sexual;
- pareja, compañero de baile en una danza;
- pareja, en cine, teatro o televisión, partenaire, actor o actriz que acompaña a un personaje.
Significado de enamoramiento:
Excitar en alguien la pasión del amor.
Amor: sentimiento hacia otra persona que naturalmente nos atrae y que, procurando reciprocidad en el deseo de unión, nos completa, alegra y da energía para convivir, comunicarnos y crear.
Significado de miedo:
Perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario.
Recelo o aprensión que alguien tiene de que le suceda algo contrario a lo que desea.
Significado de celos:
Los celos son una respuesta emocional, mental y conductual que surge ante la percepción de parte de la persona "celosa" de una amenaza externa que pone en peligro una relación personal importante con la persona "celada".
Significado de desconfianza:
Falta de confianza.
La confianza es la esperanza firme que se tiene de alguien o algo.
Seguridad que alguien tiene en sí mismo.
Significado de orgullo:
Arrogancia, vanidad, exceso de estimación propia, que a veces es disimulable por nacer de causas nobles y virtuosas.
Significado de obsesión:
Perturbación anímica producida por una idea fija.
Significado de posesivo:
Dominante y absorbente en la relación con otra u otras personas. Un amante posesivo.
Significado de veneno:
Sustancia que, incorporada a un ser vivo en pequeñas cantidades, es capaz de producir graves alteraciones funcionales, e incluso la muerte.
Cosa que puede causar un daño moral.
Afecto de ira, rencor u otro mal sentimiento.
Significado de socorrer:
Ayudar, favorecer en un peligro o necesidad.
Dar a alguien a cuenta parte de lo que se le debe, o de lo que ha de devengar.
Acogerse, refugiarse.
Significado de podrido:
Dicho de una persona o de una institución: Corrompida o dominada por la inmoralidad.
Significado de ayudar:
Auxiliar, socorrer.
Hacer un esfuerzo, poner los medios para el logro de algo.
Valerse de la cooperación o ayuda de alguien.
Estoy totalmente vendida.
No lo sabía.
No podía intuir que ya se venía, que ya estaba por llegar, que había llegado.
Estaba eufórica, exaltante, no cabía en mi.
Pero creí que este estado de alegría inmensa duraría más, que no dejaría que otra clase de sentimientos menos agradables vinieran para quedarse.
Mi príncipe.
Él, que llegó sin avisar, sin ni siquiera preguntar si yo estaba realmente preparada, algo que, al aparecer, nunca se está demasiado preparado; él, que ha conseguido un imposible, que ha echado por tierra todos los logros del anterior; él, que devolvió el sol a mis días y el sonido de la risa a mi vida.
Aquél que sólo dejó tras de sí penumbras y llantos. Que consiguió que me escondiera tras un muro.Que trajo la oscuridad a mis días y el sonido del silencio a mi vida.
Confíe que mi príncipe arrasara con todo con su aparición pero no contaba con las huellas.
Me puede el miedo.
Me paraliza, me transforma, se las ingenia para que no sea la misma.
Celosía es mi apellido y pesa, pesa tanto que la carga a penas me deja dar un paso.
Mi sombra, mi enemiga.
Mi mente se nubla y lo que puedo llegar a ver no son más que nubarrones, truenos y aviso de tormentas.
Estoy podrida, es tanto el veneno que me come por dentro después de tantos años de ir alimentándolo a solas, que no puedo ganar una batalla contra él; me rindo antes de empezar, le dejo hacer y me duele.
Siento un orgullo que me quema por dentro y soy consciente de estar volcando mis frustraciones, mi venganza y, sobre todo, mi pánico, en mi príncipe.
No sabía cuan las huellas serían peor que el daño que las propicio, pero lo son, mucho peor. Porque no son justas para mí, no son justas para él. Consiguen que aquél siga dominándome aún sin recordarle, sin ni siquiera querer borrarle, mi odio hacia ese , desapareció, no siento nada, pero sus huellas provocan que resurja mi repugnancia por aquél y no tenga más que sus huellas en mi interior.
Nunca fui así...cobarde.
Mi príncipe se ve afectado por algo totalmente ajeno a él; ni siquiera encuentro la valentía necesaria para hacerle mi confidente, sólo noto el veneno en mis venas y, sin pretenderlo, el afán de protección, me obliga a escudarme; volverme intolerante hacia actitudes no nuevas, pero sí distintas.
Aquél sigue haciendo daño aún sin estar ya ni en mis recuerdos; sé que no debo dejarle ganar, menos de este modo, pero estoy petrificada.
No imaginaba que mi ciego enamoramiento fuera así...tan real y grandioso.
Sentí ilusión, alegría, pasión, amor...sí, amor también sentía, lo supe en seguida...pero sin conocer, a ciencia cierta la existencia de huellas, sí era consciente de que cuando sucediera que conociera a alguien, no sería la misma; suponía que iría más precavida, más cautelosa; sin embargo, mi príncipe llegó al fondo, demasiado rápido para lidiar con las huellas....estás se han hecho marcas demasiado reales, no sé si podré combatir con ellas.
Y ahora me veo sin atender sus llamados por un rencor que arde dentro de mí por causas ajenas a él y por miedos instalados con los que no soy capaz de lidiar.
Envía sms y sólo consigo llorar y sentir que no puedo respirar, mi garganta esta plena de temores.
No quiero sufrir.
Joder, cuanto daño me hizo que recién ahora me doy cuenta.
Ahora que me enamoro y quiero disfrutarlo soy incapaz de sentir; sentir sin que nada nuble mis sentidos.
Demasiado miedo. Demasiado insegura. Demasiado reacia a creer. Demasiado perpleja de creer en la posibilidad de que me quiera. Demasiado acostumbrada a estar sola para dejar que algo dure un poco más. Demasiado cobarde para intentarlo.
Demasiado daño. Demasiado.Demasiados temores. Las cicatrices sin ser visibles, son demasiadas.
Tengo miedo, mucho miedo de que vuelvan a hacerme daño.
No quiero sufrir más.
Estaba eufórica, exaltante, no cabía en mi.
Pero creí que este estado de alegría inmensa duraría más, que no dejaría que otra clase de sentimientos menos agradables vinieran para quedarse.
Mi príncipe.
Él, que llegó sin avisar, sin ni siquiera preguntar si yo estaba realmente preparada, algo que, al aparecer, nunca se está demasiado preparado; él, que ha conseguido un imposible, que ha echado por tierra todos los logros del anterior; él, que devolvió el sol a mis días y el sonido de la risa a mi vida.
Aquél que sólo dejó tras de sí penumbras y llantos. Que consiguió que me escondiera tras un muro.Que trajo la oscuridad a mis días y el sonido del silencio a mi vida.
Confíe que mi príncipe arrasara con todo con su aparición pero no contaba con las huellas.
Me puede el miedo.
Me paraliza, me transforma, se las ingenia para que no sea la misma.
Celosía es mi apellido y pesa, pesa tanto que la carga a penas me deja dar un paso.
Mi sombra, mi enemiga.
Mi mente se nubla y lo que puedo llegar a ver no son más que nubarrones, truenos y aviso de tormentas.
Estoy podrida, es tanto el veneno que me come por dentro después de tantos años de ir alimentándolo a solas, que no puedo ganar una batalla contra él; me rindo antes de empezar, le dejo hacer y me duele.
Siento un orgullo que me quema por dentro y soy consciente de estar volcando mis frustraciones, mi venganza y, sobre todo, mi pánico, en mi príncipe.
No sabía cuan las huellas serían peor que el daño que las propicio, pero lo son, mucho peor. Porque no son justas para mí, no son justas para él. Consiguen que aquél siga dominándome aún sin recordarle, sin ni siquiera querer borrarle, mi odio hacia ese , desapareció, no siento nada, pero sus huellas provocan que resurja mi repugnancia por aquél y no tenga más que sus huellas en mi interior.
Nunca fui así...cobarde.
En mi garganta se acomoda la suma de todo y no puedo pronunciarme, no consigo expresarme y actúo como jamás fui.
Mi príncipe se ve afectado por algo totalmente ajeno a él; ni siquiera encuentro la valentía necesaria para hacerle mi confidente, sólo noto el veneno en mis venas y, sin pretenderlo, el afán de protección, me obliga a escudarme; volverme intolerante hacia actitudes no nuevas, pero sí distintas.
Aquél sigue haciendo daño aún sin estar ya ni en mis recuerdos; sé que no debo dejarle ganar, menos de este modo, pero estoy petrificada.
No imaginaba que mi ciego enamoramiento fuera así...tan real y grandioso.
Sentí ilusión, alegría, pasión, amor...sí, amor también sentía, lo supe en seguida...pero sin conocer, a ciencia cierta la existencia de huellas, sí era consciente de que cuando sucediera que conociera a alguien, no sería la misma; suponía que iría más precavida, más cautelosa; sin embargo, mi príncipe llegó al fondo, demasiado rápido para lidiar con las huellas....estás se han hecho marcas demasiado reales, no sé si podré combatir con ellas.
Y ahora me veo sin atender sus llamados por un rencor que arde dentro de mí por causas ajenas a él y por miedos instalados con los que no soy capaz de lidiar.
Envía sms y sólo consigo llorar y sentir que no puedo respirar, mi garganta esta plena de temores.
No quiero sufrir.
Joder, cuanto daño me hizo que recién ahora me doy cuenta.
Ahora que me enamoro y quiero disfrutarlo soy incapaz de sentir; sentir sin que nada nuble mis sentidos.
Demasiado miedo. Demasiado insegura. Demasiado reacia a creer. Demasiado perpleja de creer en la posibilidad de que me quiera. Demasiado acostumbrada a estar sola para dejar que algo dure un poco más. Demasiado cobarde para intentarlo.
Demasiado daño. Demasiado.Demasiados temores. Las cicatrices sin ser visibles, son demasiadas.
Tengo miedo, mucho miedo de que vuelvan a hacerme daño.
No quiero sufrir más.
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